Certe patet
La magia de Internet me ha abierto el cielo.
Si Dédalo voló por su pericia,
ahora yo gozaré de esta delicia
por labor de otros sabios en el suelo.
Mas no voy a ser yo quien alce vuelo:
es mi canción quien la aventura inicia;
mis poemas: acójalos propicia
la red en la que al orbe los revelo.
Lo que a mí me animó para escribirlos
no fue la vanidad; no fue tampoco
afán de monetaria recompensa.
Mi motivo es el mismo que a los mirlos
dicta trinos en este mundo loco;
y nada más alego en mi defensa.
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