Posted on 23 febrero, 2007 by Antonio
Él era de ciudad y yo de pueblo. Él tenía un tipo esbelto, grácil, florentino; hubiera sido el modelo más cabal para un artista del Cinquecento. Yo era un tipo achaparrado, campesino, que parecía seguir llevando un surco entre las piernas o las manceras de un arado apretadas en las manos. Él era valiente, altivo, directo y atrevido; se crecía ante el obstáculo. Yo era torvo, desconfiado; ante el obstáculo me replegaba y merodeaba al acecho. Él era fuerte, jovial, elegante y atractivo; el animal que lo representaba era el caballo. Yo era fuerte, serio, incomodante y antipático; el animal al que me asemejaba era el oso. Amigos en el internado, nos visitábamos en vacaciones. Amigos en el instituto, nos sabíamos aceptados y queridos por la familia del amigo. Amigos en la universidad… Compartíamos la mesa, la juerga, los amigos… Juntos viajamos un verano al extranjero, juntos fuimos detenidos por la policía, juntos salimos de algunos bares cuando estaba amaneciendo. Ha pasado tanto tiempo… Qué poco nos hemos visto en las tres últimas décadas. Lo echo de menos.
Filed under: Narraciones | 1 Comment »
Posted on 22 febrero, 2007 by Antonio
No tienes más poder que el que te doy,
Triunfante Redentor o Dios rendido,
mas por ese poder ahora te pido
que me hagas mejor de lo que soy.
Acercándome al fin sé bien que voy
y temo que el castigo merecido
será mirar a tras y ver perdido
un tesoro de días como hoy.
No era necesario este destino:
ser algo más que agua y polvo inerte,
pero persona hízome mi suerte.
Por ello tengo un único camino
para que tú me acojas en tu seno:
ser buen hombre, Señor, ser hombre bueno.
Julio de 2005
Filed under: Poemas | Leave a comment »
Posted on 21 febrero, 2007 by Antonio
Sólo cuando solo ando
me siento yo
solo.
Sólo cuando solo ando.
Caminando.
Una apenada pena, apenas nada,
una casi nada alucinada
a la nada destinada,
a la nada encaminada.
Casi nada que se va difuminando,
erosionando.
Casi nada que se va quemando.
Una casi nada caminando.
Una casi nada por Antonio nominada.
Una casi nada que se vuelve cuando alguien dice Antonio,
aunque estén llamando a otro.
Un Antonio que se va quedando ancho,
porque yo me voy gastando
caminando, caminando
mientras sigue entero Antonio.
Una casi nada erosionada,
difuminada.
Una casi nada que se quema, que se va quemando.
Casi nada poco a poco, paso a paso fulminada.
La cosecha casi casi sazonada
en una tierra abonada
para nada.
Una cosecha de nada.
La materia calcinada que contiene
una caja satinada.
Un puñado de ceniza que va a ser diseminada
en el agua.
Nada.
Febrero de 2004
Filed under: Poemas | Leave a comment »