Una cantidad inmensa (o sea, no medida) de la población española no siente amor pos su bandera: porque la asocia con dictadura, oprobio monárquico y eclesiástico, caciquismo y opresión del pueblo. Es verdad que ha sido la bandera, también, de estos últimos treinta años de democracia y prosperidad. Sí; pero los anteriores a esos treinta siguen pesando demasiado en la memoria y en la Historia.
Solución: modifiquemos la bandera, de forma que represente que el pueblo español se renueva y mira al futuro sin olvidar lo que fue. Para lo cual propongo una bandera que contenga en el centro, en dos círculos concéntricos (como el círculo rojo en la de Japón) el rojo y el gualdo. Diecisiete puntos negros formarán: un pentágono regular en el gualdo y un dodecágono regular en el rojo. Representarán las diecisiete comunidades autónomas, y los diecisiete pares de huevos de toro de lidia que proporcionaron la prístina semilla a nuestra piel de vaca. Lo de cinco y doce es representación de las comunidades del interior y las comunidades abiertas al mar. Pero España es parte de Europa, cuya bandera es azul; por lo que el rectángulo en el que se inscribe el círculo bicolor tiene que ser azul: azul Europa, con tantos círculos dorados, formando sendas columnas a derecha e izquierda, cuantas naciones se hayan incorporado al proyecto común de la Princesa Fenicia. Habría que simbolizar también la globalización: España y Europa son parte del mundo, de un mundo que queremos bien conservado, lo que simbolizaremos con cuatro esquinitas verdes (cuatro esquinitas tiene mi patria, cuatro angelitos que me la guardan). Y ya está… ¡Una chulada de bandera!
Para el Himno, que se sostiene en la misma precariedad, propongo la letra del Cantemos al Amor de los Amores de la España católica y conservadora con música de Sabina-Serrat, El Dúo Inmortal, que representan a la España agnóstica y progresista.
Y para terminar, algo habrá que hacer con la figura del Rey, que ahora tiene tantos detractores como admiradores. Propongo lo más sencillo en materia de cambios: cambio de una sola letra en su apellido: no Borbón sino Bombón. Y como los españoles tenemos dos apellidos, que cada solar matrio le adjudique el segundo que resulte más acorde con su terruño y su riqueza: Bombón de Oliva, Bombón de Algarroba, Bombón de Alcaparra, Bombón de Melocotón…
Todo tiene arreglo: es cuestión de proponérselo. ¡España se apaña!
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