Con volutas de humo de la hoguera
en que arde la vida del poeta,
el poeta hace versos. Con volutas de humo.
El poeta se quema como incienso
en el altar de un dios.
Mientras tanto las gentes van y vienen,
laboran, se hacen ricos, envejecen,
dan fiestas, pierden órganos, se mueren
o levantan sus torres hasta el cielo.
El poeta los mira desde lejos:
son sus hermanos,
son su pasión, su pesadilla,
la raíz que lo entierra, la flor que lo enaltece.
El poeta se sienta
en medio de su hoguera y mira el mundo,
inmenso carrusel que nunca se detiene.
Que nunca se detiene.
El poeta está ardiendo y en su pira
hace versos con humo.
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