Frágil la vida humana y aún más frágil
la vanidad humana:
la pompa de jabón, el globo de colores
que hace estallar el pico de un mosquito,
la espina de un rosal.
La vida frágil nos viene de lo alto:
somos obra de Dios, que nos ha hecho endebles por su gusto.
La vanidad es obra nuestra.
Obra de nuestra torpe ingenuidad,
que nos hace anhelar hasta la muerte
ser Dios por una hora.
Para morir en paz.
Anuncios
Filed under: Poemas |
Como los blogeros tenemos un algo-mucho de vanidad encima, entro a visitarte de vez en cuando, aunque estoy de vacaciones y lo tengo mas difícil.
Siempre interesante leerte.
Un abrazo