Eras más hideputa que poeta,
Francisco Villanísimo Quevedo,
que escribías de burlas cuando pedo
y cuando seco orabas como asceta.
Bajo la cruz de tu capa la secreta
ambición de grandeza hilabas quedo.
La caridad… a ti te importa un bledo;
pero San Marcos sujetó tu jeta.
Tu miserable drama, seor Villegas,
ha llegado a su fin. Ahora siegas
lo que ha estado sembrando tu malicia.
Tu cojera moral cogerá el fruto
que cultivó tenaz. Si no por puto,
al infierno te vas por tu sevicia.
Filed under: Poemas |
Deja una respuesta