Un hombre necesita un asidero
cuando al final se asoma al precipicio
que aguardándole está.
También valen dos alas,
sobre todo si están homologadas
por el CAA
(Consorcio de las Aves y los Ángeles).
Un hombre necesita un asidero
o un par de alas. Aunque
quizá mejor le venga un par de huevos
para apretar los dientes, si aún los tiene,
y dejarse caer.
También pudiera ser
que no le hiciera falta nada, nada…
si aciertan los que dicen
que la mano de Dios (¿la izquierda o la derecha?)
está por todas partes.
Filed under: Poemas | 1 Comment »