Un libro, un boli
y unas horas de calma.
Gracias, verano.
Me acerco al muro
y la salamanquesa
huye aterrada.
Una lombriz
en el pico del mirlo:
no habrá rescate.
Mi zapatilla
quita a la cucaracha
de caminar.
Oh saltamontes,
cómo has atravesado
la mosquitera.
¡Cuántas visitas!
Imposible estar solo
en el verano.
Filed under: Poemas | Leave a comment »