Soy un joven de sesenta.
El crono no me acojona
ni le temo a esa cabrona
que anda de hombres hambrienta.
Mi tarde discurre lenta.
Mi noche es una novela
que hasta al más lelo desvela.
Mas, si al llegar la mañana,
suena un toque de campana,
¡yo vuelvo vivo a la escuela!
Filed under: Poemas | Leave a comment »