Comienza con concursos
como el de Ortografía…
Grato ambiente y anécdotas.
Y ganadores de valía.
Luego, guardia en la puerta.
Charla amena de profes al arrullo de chopos
que acaban de estrenar la primavera.
Y anécdotas que callo.
Y paseo, y recreo. Y acrosport. Estos chicos
son artistas de circo. Del circo de ese sol que nos inunda.
Y más bailes. Yo nunca
había visto a la Pantera Rosa
(a la Pantera Verdadera) hasta esta mañana.
Y alumnos que se fueron:
alumnos no olvidados que nos vuelven
al olor de la fiesta.
Y cuánta gentileza en los saludos
de cuantos van felices deambulando
fuera de la camisa de fuerza de las aulas.
Y mandalas expuestos: maravillosos universos
de cartulina y cera.
E Historias de la Música preciosas.
Y colegas que ganan en reñidos partidos
(pinfuvote: un deporte moderno y arriesgado).
Y anécdotas que callo porque aquí no cabrían.
Mi alumno JM, que me planta
rico plato en las manos y me dice
de quién es la tortilla. Y yo no le pregunto
de quién es lo demás, delicioso igualmente.
Y la Vice, que al verme con el plato,
se aparta un poco y en seguida torna
trayéndome un buen vaso de cerveza fresquita
-¡sin alcohol, por supuesto!-.
E Iván, que juega un maratón de fútbol
y, al terminar, me dice:
“Esta tarde entreno con mi equipo”.
Y saludos, y más conversaciones.
Muestras de cortesía
que emocionan de veras.
Anécdotas, anécdotas y risas.
La primavera, en su segundo día,
ha sido esplendorosa.
¡Ah! Y la Feria del Libro,
en la que me he comprado, con descuento,
dos libros, cuyos títulos
suman un gran poema:
Todo lo que era sólido…
Después del terremoto.
Filed under: Poemas |
Deja una respuesta