Sangre sana, necesaria
para que fluya la vida.
Si por desgracia es vertida,
saca de hora sicaria
la donación voluntaria.
Yo por ello ni me abono
ni me excuso ni perdono
ante mi fiel compañera.
Esta es la verdad señera:
ella dona y yo no dono.
Filed under: Poemas |
Deja una respuesta