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Un nombre y su periferia

Por periferia de un nombre entiendo ahora las perífrasis con las que le damos un rodeo, cuando nos produce grima decir ese nombre con toda la boca y con todas las letras.

Me llama hoy la atención que Elvira Lindo, en su artículo en El País, después de referirse a su suegra, diga que le gusta más el término de los anglosajones, mother-in-law.

En España se ha usado mucho, aunque tal vez ya ha caído en el olvido, una perífrasis bastante equivalente al compuesto anglosajón: madre política. ¿Se sigue usando? Quizá no.

El caso es, parece, que  Elvira Lindo ha tenido sus dudas a la hora de meter a su suegra en su artículo, con su nombre de suegra y todo; por “demasiadas connotaciones referidas al sainete familiar”.

Así de golpe, es verdad que un personaje tan doméstico parece disonar en el tratamiento de un tema tan universal: la novela y sus lectores. Pero no disuena, claro que no. El buen escritor tiene que ir de lo particular a lo universal, y viceversa, con toda fluidez.

No ha dudado, por contra, la articulista en perifrasear el nombre marido con el sintagma “razones de corte estrictamente familiar”. Y digo que no ha dudado porque lo repite.

Volvamos a la suegra. Al término ‘suegra’ y a las suegras. Creo que, con bastante frecuencia, en las primeras etapas de una relación, se produce un rechazo suegra/nuera, o suegra/yerno, que ha dado sujeto a muchos pasajes literarios tragicómicos. En las primeras etapas. Luego los sentimientos evolucionan: al fin y al cabo, ¿quién puede querer a nuestros hijos como los quiere nuestra madre? Solo nuestra suegra. Y en cuanto a las perífrasis, si el término suegra nos suena un poco crudo o demasiado sainetero, propongo la perífrasis menos oblicua, la más machadiana: la madre de mi marido o la madre de mi mujer. Aunque, lo reconozco, ahí, en el artículo de Elvira Lindo, hubiera sonado raro que dijera “la madre de mis razones de corte estrictamente familiar”.

Y para terminar, que conste que yo a mi suegra, cuya gracia es Gracia, la llamo Suegracia, pero solo en la intimidad.

Las impaciencias juveniles

A la mesa. Hora de la cena. Mis hijas Alma y Hebe ya han terminado, mientras que yo comienzo a dar cuenta de mi ensalada y demás. Marga ya ha pasado al siguiente capítulo de este fin de jornada. Hebe y Alma han colocado en la mesa la tablet de Alma y atienden a un vídeo. En You Tube seguramente, pienso. Una voz en off, en inglés, expone algún tema. Mientras, una mano mágica escribe o dibuja en una pizarra a velocidad supersónica, o subsónica. Es lo que yo, con poca claridad, aprecio, echando alguna mirada de soslayo. De lo que dice el orador, yo, que no sé nada de inglés, no entiendo nada. Ellas lo siguen silenciosas y atentas; y yo sigo cenando en silencio. ¿Cuánto dura el vídeo, ocho minutos? Al final, Hebe comenta: “Está muy bien.” Alma tiene la deferencia de resumirme:

Los jóvenes de nuestro tiempo están acostumbrados a tener un papel activo y decisivo sobre la información que les interesa y a la que quieren atender. Su respuesta puede ser todo lo rápida que ellos decidan que sea. Por eso, cuando llegan a las clases donde un profesor organiza el tiempo con criterios tradicionales, los alumnos se aburren, desconectan, comienzan a odiar hasta el nombre de la asignatura que les toca.

El sistema educativo en este país es, lo hemos dicho tantas veces, pésimo. Pero no se resolvería, estaría bueno, con que cada muchacho pudiera elegir, en cada momento de la jornada, en clase o en casa, la tarea inmediata. Porque siempre elegiría la instantáneamente más grata, no la más conveniente.

Los aprendizajes, casi todos ellos, y siempre los más importantes, tienen una parte penosa que resulta tanto más ardua cuanto más prolongada, y más prolongada cuanto más penosa. Es verdad que hay aprendizajes supergratos: un chaval se hace un excelente futbolista jugando muchas horas al fútbol y pasándoselo casi siempre como dios. Pero probablemente el que quiere ser guitarrista tiene más horas laboriosas, vive más momentos de desazón y duda. Y el que quiere ser químico, o médico, o ingeniero, o maestro.

Educar no es dejar al niño al albur de su espontaneidad y de su autocontrol. Es un proceso largo, lento, con momentos felices y muchos ratos de duro esfuerzo. El resultado será que un joven profesional podrá pasarse las horas en un vuelo haciendo lo que le gusta: arreglando un coche, ensayando un baile, atendiendo  a unos pacientes u operando en un quirófano. O traduciendo un libro. El que yo estoy leyendo ahora (acojonantemente bueno) tiene 1212 páginas, y lo ha traducido Jordi Fibla. ¿Cuántas horas de su vida ha dedicado Jordi Fibla a traducir este libro, esta Trilogía americana? ¿Y cuántas el autor, Philip Roth, a componerla?

Todas las tareas humanas importantes requieren un esfuerzo y una dedicación prolongados. Es verdad que, en las primeras etapas de la formación, esos esfuerzos tienen que ser dosificados y graduales; pero si la elección de la dosis se dejara al arbitrio de los educandos, ya habríamos sucumbido, no habríamos sobrevivido como especie: el homo nudus se habría convertido en el homo exstinctus.

Rivera siembra su expansión estatal

VÍCTOR MONDELO. BARCELONA

EL MUNDO. 18/10/2013

El líder de C’s lanza una plataforma con ambición de convertirse en partido nacional

Ciutadans sembró ayer la semilla de la expansión estatal que ha constituido hasta el momento su ambición frustrada. Albert Rivera presentó Movimiento Ciudadano, una plataforma que bebe de los principios fundacionales de su partido, aspira a promover una profunda reforma institucional bajo el paraguas de la Constitución y en absoluto descarta su conversión en partido político de ámbito nacional si cuenta con los suficientes apoyos para germinar.

Empujado por el dulce momento que su formación vive en Cataluña –donde triplicó sus diputados en el Parlament y las encuestas indican que está absorbiendo el 20% de los votantes del PP–, Rivera sentó ayer las bases de una plataforma que, en contenido y forma, mucho se asemeja a la que gestó Ciutadans. Movimiento Ciudadano nace avalado por el liderazgo de Rivera y el respaldo inicial del ex ministro del PSOE Antonio Asunción y el periodista Juan Carlos Girauta; y promulga una «implacable lucha contra la corrupción», la generalización de las primarias y las listas abiertas en los partidos y una reforma electoral para convertir la participación democrática en «justa y proporcional» como principios fundacionales.

Del mismo modo, aboga por una división de poderes «efectiva» que garantice apartar a los partidos del Poder Judicial, los órganos de supervisión del sector financiero y demás entes reguladores. Lograr que los partidos dejen de ser «cortijos», situó Asunción como objetivo último de estas modificaciones. Combatir la «preocupante desconfianza» de la ciudadanía española hacia el sistema, añadió Rivera.

Sin embargo, el debate territorial que centra los esfuerzos y los réditos electorales de Ciutadans en Cataluña no será ni mucho menos desestimado. Sobre el pilar indiscutible de la Constitución, pero con aquellas «actualizaciones necesarias», plantea Movimiento Ciudadano «enterrar las dos Españas» y finiquitar las «luchas identitarias y territoriales» que amenazan con dividir la comunidad catalana y romper el Estado desde que el Govern de la Generalitat lanzase su órdago soberanista. Precisó Rivera que, obviamente, en este planteamiento «no caben ni referendos ni propuestas secesionistas» y llamó a conseguir que «España sea lo que quieran los españoles». «Ningún cambio es democrático fuera de la Constitución: en un Estado de Derecho, lo legítimo es lo legal», con esa premisa llamó el líder de Ciutadans a la firma del manifiesto fundacional de la plataforma, concebido como una suerte de compromiso con la ciudadanía para voltear España y pulsar la acogida de una eventual transformación de Movimiento Ciudadano en partido político.

Por el momento, Rivera mantiene que «el fin no es electoral», y que su intención pasa por crear una «herramienta de presión desde la sociedad civil» para impulsar las reformas que no se están acometiendo. El líder de Ciutadans ya alertó ayer, no obstante, de que si no perciben «una reacción» valorarán presentarse a las generales como plataforma electoral o partido. Ciutadans probó suerte en las generales de 2008 con pobres resultados –sólo un 0,18% de los votos–. Después evitó repetir la aventura al negarse UPyD a concurrir unidos a los comicios.

El manifiesto de Movimiento Ciudadano

> La Constitución. «Todo cambio es posible desde la Constitución; ningún cambio es democrático fuera de ella: en un Estado de Derecho, lo legítimo es lo legal».

> Reforma democrática. «Son objetivos urgentes: democratizar los partidos políticos, abrirlos a la sociedad, someterlos al principio del mérito, hacerlos transparentes e implacables ante la corrupción, generalizar las elecciones primarias; conseguir un sistema de representación que devuelva el poder a los ciudadanos».

> División de poderes. «Debemos asegurar una efectiva división de poderes, alejando los partidos del Poder Judicial, del Tribunal Constitucional, de los órganos reguladores y de supervisión del sector financiero, y de los medios de comunicación».

> Fin de la lucha territorial. «La nueva etapa exige cerrar el capítulo de las dos Españas, así como las luchas territoriales, para que crezca sin cortapisas la nación de ciudadanos libres e iguales ante la ley. Una España diversa que reconoce su Historia, sus lenguas y su cultura como patrimonio de todos, sin hacer de esa riqueza lastre o arma política que ponga en riesgo nuestro futuro unidos».