Lo que tiene ser jubilado y anarcoreta…
Transito, hoy sábado, por el paseo de la playa y lo único que se me ocurre es: “La playa pierde con la gente”.
Sé que mi juicio es injusto, que los canes, los niños, los gritos, los coches-discoteca, los biciacosos son cosas de la vida. Pero yo me mantengo en mi injusto pensamiento: “El dominguerismo afea la playa incluso los sábados”.
Perdonadme, niños. Yo sé que sois la delicia del presente y la fuerza y riqueza del futuro; que tenéis derecho a vuestros canes caganes, a vustras bicis chirriantes y a vuestras madres gritonas. Perdonadme. El mar, a cuya hermosura acudimos, cuya hermosura ignoramos, nos perdona a todos.
Salgo del paseo de la playa por la Cuesta de los Delfines, que no es muy larga pero es muy pendiente. Cuando voy ya acometiendo su segundo tercio, las únicas voces que me llegan, desde el comienzo de la cuesta, son las de una juvenil pareja: en torno a los dieciocho años, deduzco de la frescura de las voces. Las voces: porque se hablan a voces aunque –no lo puedo jurar, no me vuelvo para mirar- deben de estar entre sí no más distantes de un par de metros. El muchacho da a la chica indicaciones sobre los cambios de marcha: “Dale ar botón gordo, ar botón gordo”. La chica suelta una ola de risa y en seguida le resume al chico el motivo: “M’he peío”.
Me sorprende la frase. Hasta el punto de que ya no oigo más sus voces. Sigo acometiendo la empinada cuesta, en la que, en efecto, nada tiene de raro que el escape se active. Y no voy a hacer comentario de texto de una frase tan breve. La frase aculatoria, perdón, acusatoria, perdón, aclaratoria, de la inexperta ciclista.
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Marta y yo hemos leído tu » Anécdota » nos hemos reído mucho .
Gracias a la hija y al padre: por la visita, por la lectura, por la risa.
Este texto es lo mejor que me ha pasado este lunes. Texto acertado y gracioso, cierto en todo su contenido, en el que se aprecia cómo la gente está en su mundo y se olvida de todo, lo que en parte es bueno (peor sería que estuvieran pendientes uno de otros, eso sería señal de que están interesados en algo, algo ajeno…) para la sociedad.
También es cierto que hay veces que uno quiere disfrutar de un lugar a solas, pero es lo que tienen los espacios públicos.
PD: De nuevo, que vean la luz más textos como este, con el que disfrutar leyendo. Un saludo.
Gracias, Mario.
Yo, con mi apunte; tú, con tu comentario: los dos pretendemos lo mismo: expresar nuestro deseo de que la Tierra siga siendo bella y habitable para todos.