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Tres personajes femeninos…

…de una misma novela, La mancha humana. La acción transcurre en Nueva Jersey, Estados Unidos. Los momentos aquí seleccionados corresponden a 1998.

 

Faunia Farley

De 34 años. Ha sufrido abusos sexuales desde su niñez, desde el seno de su propia familia, palizas continuas y otros calvarios. Se siente mejor entre los animales que entre los humanos. En este pasaje, dialoga y juguetea con un grajo. Nathan, el escritor narrador, acercándose a la conciencia de Faunia, exterioriza así el pensamiento de esta:

Ella sabía todo lo que necesitaba saber sobre la historia de la especie humana: los crueles y los indefensos. No necesitaba las fechas y los nombres. Los crueles y los indefensos, ésa es toda la jodida historia.

 

Delphine Roux

Francesa. Profesora de universidad en Nueva Jersey. Brillante currículum académico. Aparentemente concorde con los dogmas de lo políticamente correcto. Hay un tipo de hombres, de colegas, que detesta y desecha. Ella los llama Los Pañales. Así expresa el narrador el sentimiento de la Roux sobre ese tipo de hombres:

Le subleva que se enorgullezcan de hacer la mitad del trabajo doméstico. Es intolerable. “Sí, he de irme, tengo que sustituir a mi mujer. He de cambiar los pañales del niño tanto como ella, ¿sabes?” Se estremece cuando los oye jactarse de lo útiles que son. Hazlo, de acuerdo, pero no tengas la vulgaridad de mencionarlo.

 

Ernestine Silk

Maestra jubilada, poco mayor que Nathan, con el que dialoga cordialmente. Así reproduce este lo que Ernestine opina:

[…] por lo que veo, este país se está idiotizando más a cada hora que pasa. Muchas universidades tienen programas de recuperación a fin de enseñar a los chicos lo que deberían haber aprendido en la Enseñanza Media. En el instituto de East Orange hace tiempo que han dejado de leer a los clásicos antiguos. Ni siquiera han oído hablar de Moby Dick, y en cuanto a leerlo, para qué hablar. […] Hoy el alumno hace valer su incapacidad como un privilegio. Si no puedo aprender una cosa es porque hay algo erróneo en ella, y especialmente en el mal profesor que quiere enseñarla.

 

Leer la Trilogía americana, de Philip Roth, me ha resultado una experiencia fuerte, casi traumática. Cuánta vida, cuánto arte. No me extraña que el autor, habiendo parido obras de tal magnitud, haya dicho que ya vale, que ya, prácticamente octogenario, está demasiado mayor para más partos.

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