No escribas todavía. No has leído bastante.
No te has enamorado de los versos de nadie.
No tienes en tu alma la semilla
de los altos poetas.
Como una arboleda restallante de trinos,
resuene así tu ser con poemas de otros.
Que tu pluma aún no expela: debe absorber primero.
Sin quedarse preñado nadie puede parir.
No pienses en el éxito tampoco…
Ser aplaudido es sólo un ruidoso accidente;
y hacer lo natural no tiene mérito.
Estudia, haz excursiones, enamórate
y lee buenos libros de poesía.
Cuando la gestación concluye su proceso,
el orto llega solo.
Como un alba cargada de promesas
amanece el poema.
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