Qué mísera ambición la del que aspira
a ser un personaje de esta obra
en la que todo lo que vale sobra,
en la que la oquedad tanto se admira.
La trampa triunfa, el fraude maniobra,
a la verdad torea la mentira,
el necio aplaude, el sabio se retira
y el listo avaricioso vende y cobra.
Tal se ve el mundo cuando bien se mira:
farsa en la que el sagaz se desentiende
y en la que el bobo atento nunca aprende.
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