Qué descansada vida
la de la cucaracha;
que sin trabajo encuentra su comida,
ajena de si es roja o de si es facha.
Nocturna cual poeta,
ningún deber la ata.
Y no tiene otra meta
que comer, procrear y huir de la alpargata.
La alpargata es atroz,
golpea como la coz,
siega como la hoz
y vuela como el águila divina.
Y veloz y asesina,
a la cuca acoquina,
la golpea, la siega, la extermina;
y al orco la encamina.
Cucaracha imprudente,
no te alejaste de la humana gente,
que su furia desata
cuando toma en su mano la alpargata.
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Muy buena, padre. Esta se convierte en una de mis favoritas.
Pobre cucaracha, con lo bonita que seguro era…, ¿qué pasa con sus derechos?
Tal vez tan honorable bichejo yazga en la fosa común conocida como cubo de basura,pues todo mártir requiere una muerte y un enterramiento injusto o al menos no adecuado a su linaje o consideración social.