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Me dedico al médico

A los médicos.

Creo que lo más interesante que me ocurrió en el reciente mes de marzo fue la atención dermatológica de la que fui objeto. La doctora, una guapísima joven de la que yo estaría orgulloso si fuera su abuelo, me examinó, diagnosticó y eliminó un protuberante tumor cutáneo, una verruga del culo, perdón, del glúteo.

Y del presente mes de abril, ¿qué voy a decir? Con los soles, las nieblas, los rocíos, las lluvias de abril estoy familiarizado: nada, por tanto, de ello me sobrecoge. De los santos de paso, o sea, de madera o de escayola, paso. Alors, ¿qué es lo que me merece un comentario de mi mes de abril? Pues hablemos de mi visita al dentista: una radiografía, dos caries, una fractura… Y un diagnóstico: como tengo implantes en el maxilar superior y una sencilla prótesis en el inferior, estoy titicojo. Cojeo comiendo. Como cojearía caminando si llevara en un pie un zapato bueno, un Panama Jack por ejemplo, y en el otro una zapatilla de seis euros (el par).

Y ya lo veo venir… ¿Qué tendré que contar del casi amaneciente mes de mayo? De poner en mayas las hermosuras de mayo, ya se ocupó Lope de Vega. Y de ponerlas en romance, el anónimo autor de aquel del prisionero («Que por mayo era, por mayo»), que nos hizo llorar a casi todos de emoción y de compasión. ¿Qué tendré que contar yo del esplendoroso mes de mayo que ya asoma? Alguna visita médica, seguro. Que los discos de mis lumbares, sin ir mas lejos, están muy gastados, y en cuanto hago una leve inclinación me quedo torcido como un garabato, y me cuesta dios y ayuda, y un ayedo de ayes, volver a la postura de partida. ¡Mándeme algo, doctor…!

Ya sé, ya sé, querido lector, lo que ahora estás pensando: «Qué egoísta eres, maestro, solo piensas en tus males». Pero eso no es cierto. Estoy atento a los males del mundo, como, según imagino, estás tú. ¡Son tantos y tan grandes los males del mundo…! Yo te cuento los míos para que sonrías.

3 respuestas

  1. Abril,aguas mil…deprimente en sus días de lluvia y excitante cuando vemos el cielo azul.¡Ay,abril!
    Más que males, don Antonio,sus achaques no son más que las prueba de que ha vivido y vive exprimiendo cuerpo y mente.
    ¡Qué el mes de mayo traiga la inmensidad del calor que precede al verano!

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