Como un ama de casa de familia modesta,
dice el ecologista:
-¡Mirad por el Planeta! No lo gastemos antes
de la próxima paga.
-¿Y cuándo será esta?
-Cuando el Hombre consiga
la colonización de otro planeta.
Pero nadie hace caso a los ecologistas.
Lo que decimos es:
-Comamos hasta hartarnos,
y los que vengan luego, que se busquen la vida
(lo mismo que diría un individuo
de cualquier otra especie).
Y así nos atenemos
al mandato divino:
-Creced, multiplicaos,
ocupad este mundo.
Y este mundo ya está tan ocupado
que ahora al Hombre le urge
buscar otra ribera en el Espacio.
O, antes de que pasen
muchas generaciones,
estará tan kaput
como los dinosaurios.
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