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Reflexiones electorales

Muy sintéticas, que el tiempo es oro.

Primero. El PSOE me tiene muy, pero que muy decepcionado. Ya desde la última legislatura de Felipe González, cuando pudimos constatar que para él y sus cuates lo importante era el Partido, no el buen gobierno de España. Lo de Zapatero fue muy triste. Y en Andalucía, los resultados de tanto gobierno socialista… están a la vista. Así que la Sultana Díaz no va a contar con mi voto.

Segundo. Al PP se le han pegado los trepas como las garrapatas a la piel de un perro. Aznar se volvió megalómano, se creyó uno de los cuatro reyes de la baraja, pero se dejaba acorralar en la intimidad. Rajoy ha confirmado en su mandato lo que prometía en campaña: nada. Y en Andalucía a Juanma Moreno (como a la Sultana) habría que decirle: búscate un trabajo; y cuando demuestres que vales para algo fuera de la política, vuelve a la política.

Tercero. A los de Podemos (ya es indicio de incoherencia que como nombre se pongan un verbo) les digo un eslogan: el problema no es la casta sino la pasta. La pasta del dinero y, más importante aún, la pasta de la que estamos hechos los españoles: es una pasta de mala calidad, una masa floja de la que no sale buen pan ni buena torta. Y aviso para el votante desavisado: el «nombre» Podemos no lo han tomado del verbo poder sino del verbo podar. Así que, si llegan al gobierno, es probable que los recortes que conocemos nos resulten una nimiedad comparados con la poda de entonces.

Cuarto. Rosa Díez nos fue recomendada en la campaña de 2011 nada menos que por el mismísimo Vargas Llosa. No le hicimos caso al ilustrísimo: la votamos poco. Y ahora nos alegramos: tiene una tendencia, al parecer innata, a la descomposición.

Quinto. Albert Rivera es uno de los Ciudadanos ejemplares. Entró en la política desnudo. Un buen desnudo que tiene el tío. Así que esperamos que, si gobierna (él o su cuate andaluz Juan Marín), emulará al Sancho Panza gobernador de la ínsula Barataria y gobernará bien, como Sancho. Y, como Sancho, se desnudará otra vez al final de su mandato; y dirá como él: desnudo llegué al gobierno y desnudo me hallo, ni pierdo ni gano.

Y nada más de mi parte. Que ustedes lo voten bien.