¡Ah, María!
Te amaría
si yo viera
que por fuera
eres fiera,
mas por dentro,
hasta el centro,
ambrosía
roja y fría
cual sandía.
¡Ah, María,
cómo eres!
Si me quieres
y hasta infieres
que mujeres
de tu talla
nadie halla
más que yo,
no que no,
di que sí,
ven a mí.
Ah, María,
te creí,
te serví,
te perdí.
Y morí,
ama mía,
por ti.
Filed under: 1, Poemas | Leave a comment »