Si Zapatero resultó un nefasto primer ministro, qué decir de sus segundos, de muchos de sus segundos. ¡Y sus segundas! Aquellas ministras Vogue, la crème de la progresía glamurosa.
Luego vino el premier Rajoy. El cual lo único que va a hacer bien es irse a finales de año. ¿O no se irá? Debemos animarlo para que complete la ruta jacobea siguiendo la variante que pasa por el estrecho de Bering. A pie, naturalmente, con bordón y vieira. Y no digamos nada de los segundos de Rajoy: veteranos curtidos en mil lides políticas, diplomáticas, académicas. Menuda pandilla de veteranos. Tenía que tenerlos el Imserso acuartelados en una residencia para carcamales insignes. Asistidos por la orden de las Monjitas Malaúva.
Puesto que estamos en precampaña, hay que empezar a exigir que todo el que aspire a ser Presidente del Gobierno presente, con su nombre a la cabeza, la lista de los que van a ser sus ministros, con el nombre de la cartera que van a gestionar, para que en la campaña den la cara, expliquen lo que pretenden llevar a cabo y cuánto nos va a costar a los estúpidos contribuyentes.
Porque la presentación a posteriori del equipo -¡Sorpresa…!- es arbitrariedad, abuso, opacidad, chulería y depestismo. Y una cabronada.
¿Que hay que cambiar también en eso la Constitución? Pues se cambia. Por ejemplo: donde dice El candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretende formar y solicitará la confianza de la Cámara… que diga: El candidato propuesto, acompañado de su equipo ministerial, expondrá, con la colaboración de todos sus ministrables…
La práctica vigente de poner y quitar ministros a voluntad del presidente, en plan él se lo guisa él se lo come, es un residuo sólido de monarquías absolutas, y dictaduras militares al estilo de la de Franco -y su motorista del El Pardo-.
Y no se despide o se cambia un ministro como se despide o se cambia -o no se cambia- un jardinero. Los ministros son «miembros del Gobierno». Y un cuerpo no funciona bien cuando se le amputa un miembro; ni se le encuentra un repuesto por arte de birlibirloque. Así que se van todos, con el Presidente a la cabeza; y se convocan elecciones gubernativas.
Filed under: Apuntes | Leave a comment »