¡Oh, hombre, admira a la ballena y tómala por modelo! Permanece también tú caliente en el hielo. Tú también vives en este mundo sin ser de él. Quédate frío en el ecuador; mantén fluida tu sangre en el Polo. Como la gran cúpula de San Pedro, y como la gran ballena, conserva, ¡oh hombre!, en todas las estaciones una temperatura propia.
Herman Melville, Moby Dick
Cap. LXVIII, pág. 375
Introducción, traducción y notas de José María Valverde
Col. Austral Singular. Ed. Planeta
Barcelona, 2015
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