Mosquito con trompeta me despierta
a las 6:06 de la mañana.
Sigo acostado. No me da la gana
de aceptar de un mosquito orden de alerta.
Abro un ojo, eso sí, y veo cierta
claridad. Viene el día. Es ya vana
mi gana de dormir. Luz meridiana
cuela por la ventana y por la puerta.
Son las 6:16, pero yo espero
milagro que me libre aún del día.
Ay noche, no te vayas todavía.
Ay mosquito, mosquito puñetero,
que te mate una impía pulmonía
mientras me tomo mi café primero.
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