Ha costado mil millones.
Y dos mil quinientos son
su estricta tripulación.
Es un barco, sí; y melones
(llámense doñas y dones)
va a pasear por el mar.
¡Hala, nave, a navegar!
Pero conmigo no cuentes.
Yo, agua… ni de las fuentes.
Mi líquido está en el bar.
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