Me despierta con la hora
de ayer mi biorreloj.
Y cuando ya estoy tos-
tando en la fiel tostadora
el rico pan que se dora
con el oro de la oliva,
mi memoria, que se aviva,
me recuerda el cambio horario.
No me deprimo, al contrario:
con café me vengo arriba.
Filed under: Versos |
Deja una respuesta