La desilusión no da
ocasiones para el canto.
Pero yo me alegro tanto
por este campo que está
repleto de trinos. La
Cruz de Mayo que canté
otrora, ahora me
conceda el dulce consuelo
de que, sin alzar el vuelo,
de mí unas décimas dé.
Filed under: Decimanía |
Deja una respuesta