Una marmita repleta
de oro es la vida humana.
Pero una meta lejana,
una imaginada veta
siente el hombre que lo reta
si quiere ser triunfador.
Y un dolor y otro dolor
sufre el humano indiscreto
por alcanzar lo que, quieto,
posee como un señor.
Filed under: Decimanía |
Deja una respuesta