Las democracias liberales contemporáneas no exigen mucho a cambio de la protección estatal de los derechos de sus ciudadanos y, en particular, del derecho al voto. El sentido de comunidad nacional se vería fortalecido con el requisito universal del servicio nacional. Tal mandato subrayaría el hecho de que el mantenimiento de la ciudadanía requiere compromiso y sacrificio. Podría cumplirse sirviendo tanto en el ejército como en alguna actividad civil. Dicho requisito está presente en el juramento de naturalización estadounidense, que impone la voluntad de portar armas en nombre del país o de trabajar en un servicio civil como exige la ley. Si dicho servicio estuviera correctamente diseñado, obligaría a los jóvenes a trabajar con otros de clases sociales, regiones, razas y etnias muy diferentes, tal como lo hace el servicio militar. Y, como todas las formas de sacrificio compartido, sería una manera efectiva de integrar a los recién llegados en la cultura nacional. El servicio nacional constituiría una forma de republicanismo clásico, una forma de democracia que fomentaría la virtud y el espíritu público en vez de limitarse a dejar que los ciudadanos se interesaran exclusivamente por su vida privada.
Francis Fukuyama, Identidad
Capítulo 14. ¿Qué hacer?
Traducción de Antonio García Maldonado
Planeta, Barcelona 2019. Edición digital.
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