Ay, Bahía de Algeciras,
cómo te añoro si estoy
lejos de ti. Pero hoy
yo te miro, tú me miras
y las penas y las iras
se las lleva tu poniente;
o tu levante. Mi mente
necesita de tus vientos,
sonrientes o violentos,
para ser tranquila fuente.
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