Sé que es cómodo decirlo
para un viejo que se pasa
las jornadas en su casa
oyendo el silbo del mirlo.
Sé que así algo le birlo
al mundo. Pero yo ruego
al obrero y al labriego
que no teman a la plaga.
Más plaga es la gente vaga,
más plaga es el miedo ciego.
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