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Abril

1
Este pueblo
                                     Para Laurence por su ‘cumple’

A su altura de ochocientos,
es un aire de montaña
el que los pulmones baña.
Aquí todos los eventos,
en remotos años lentos,
de mi infancia transcurrieron:
los que las letras me dieron,
los que mis pasos guiaron,
los ojos que me miraron,
los ojos que en mí se vieron.

2
Primavera

Abril le abre la puerta
a la bella primavera;
bella como bayadera
y tan bella como incierta.
Mantengámonos alerta:
podrán llegar invernales
días en los que no sales
ni a tu terraza bendita;
pero hoy resucita
la reina de los mortales.

3
Vaticino

Cuándo seremos conscientes
de que todos los humanos
sin duda somos hermanos.
Por qué hay tantos presidentes
que les mandan a sus gentes
odiar, matar al vecino.
Pues ahora vaticino:
o con amor nos tratamos
o acabándonos estamos.
Fin del humano camino.

4
Ruina

A vivir en el derroche
nos hemos acostumbrado.
Así hemos amontonado
tanta basura. Reproche
no merece usar el coche
para ir hasta la esquina.
A la poubelle se destina
todo lo que no es perfecto.
Este es el camino recto
para llegar a la ruina.

5
En familia

Abuelos, hijos y nietos
alrededor de una mesa.
Mi señora, de maestresa.
Yo, ante dos platos repletos,
comentarios hago escuetos
sólo si se me demanda.
Me ocupo de la vianda
y del tinto compañero.
Comer bien es lo primero;
después, charlar con la panda.

6
Revolución

Revolución verdadera,
esa fue la Ilustración.
Después hubo destrucción
de vidas de una manera
a la que nadie le diera
una virtud sanadora.
Hoy todo el mundo deplora
tanta sangre derramada.
Mas la Razón liberada
nos alumbra y nos mejora.

7
La pareja

Dos manos sobre el teclado
del piano. La derecha
va esparciendo una cosecha
cantarina como un prado
primaveral, floreado.
La izquierda una base grave,
de serenidad suave,
aporta a la melodía.
Siempre una es la alegría
de la otra, es su clave.

8
Endecha

Lo de pisar una mierda
a cualquiera le sucede;
y lo mismo un país puede
pringarse su pata izquierda
con excremento de cerda
o enmierdarse la derecha
con el desecho que echa
parte de la población.
Porque hiede esta nación
esta décima es endecha.

9
Es un arte

Da motivos para quejas
continuamente la vida;
lo que no es cosa que impida
que disfrutemos las viejas
y nuevas gracias. No dejas
el placer y la alegría
por una triste avería
que pretende acogotarte;
porque vivir es un arte
que une gozo y agonía.

10
Al médico

Esta tarde tengo cita
con el médico: los remos
bajos no reman. Veremos
qué me dice. Necesita
el cuerpo la miradita
de quien de cuerpos entiende.
Aunque uno no pretende
que el doctor lo deje nuevo,
quizá me recete un sebo
con que mis remos remiende.

11
Monteverdi

Claudio Monteverdi es
el artista retratado
esta semana. Admirado
me tiene este cremonés
que fue creando a través
del dulce Renacimiento
y perpetuó su invento
en la era del Barroco.
Monteverdi, te coloco
astro de mi firmamento.

12
Cómo avanza

Cómo avanza la cultura
de la comunicación.
Nos libramos del sermón
del cargante padre cura
y dimos en la hermosura
de madre televisión.
Y ya las pantallas son
lo que cada cual procura
para obtener la basura
que le da satisfacción.

13
De primavera

Un día de primavera,
es lo que ahora discierno,
vale por tres del invierno.
Cómo gozo de estar fuera
oyendo la pajarera,
incesante algarabía.
Cómo gozo de la pía
acogida de la casa:
el frío no la traspasa,
la luz le da su alegría.

14
Gente

Cuánta gente con talento
nos facilita la vida.
Cuánta gente malparida
se hace ama del convento
y nos da un cinco por ciento
de lo que hemos producido.
El mundo está dividido:
gente buena y gente mala;
mas la muerte nos iguala:
a todos mismo despido.

15
Instrumento

Martín y Clara hoy ponían,
mientras yo desayunaba,
piezas en las que triunfaba
la trompa. Se me ocurrían
pensamientos que me hacían
lamentar haber dejado,
en un rincón olvidado,
aquel precioso instrumento
con el que endulzaba el viento
como el mirlo del tejado.

16
Seré fuerte

Pronto pasaré unos días
hospitalizado. No
me tiene asustado lo
que pase. Mis averías
son menos negras que pías,
menos graves que un veneno.
Y mi cirujano es bueno;
así que, seguramente,
después de convaleciente
seré fuerte como un trueno.

17
Mes de abril

No hay mes como el mes de abril,
ya lo decía mi padre.
No hay un tiempo que me cuadre
como este tiempo de mil
maravillas. Su sutil,
sencillo florecimiento
llena el mundo de contento,
llena de gloria la vida.
Busca que nada te impida
disfrutar de este momento.

18
Escritoras

Dos mujeres escritoras,
la Highsmith y la Figuera,
me han incitado a que viera,
en estas recientes horas,
su labor: “Por qué no exploras
lo mucho que te ofrecimos;
son nuestros frutos opimos;
tú amas nuestro talento”.
Sólo soy un viejo lento
que no lee ni a sus primos.

19
Separación

La separación de antes
era de niños y niñas.
Ahora los que hacen piñas
lejos de viejos cargantes
son los jóvenes, diamantes
que huelen a eternidad.
La vejez, enfermedad
que nos convierte en leprosos,
nos borra entre los hermosos
de la rozagante edad.

20
Grande amigo

José Rodríguez Molina,
laborioso historiador
y la persona mejor
que por el mundo camina.
Su conducta a su doctrina
sabiamente acompasó.
Hoy tendré en mis manos yo
su más reciente criatura:
para mí será lectura
grata, jugosa, de pro.

21
Soy humano

‘Soy ciudadano romano’,
el ciudadano decía
y Roma lo protegía.
Ahora la voz ‘soy humano’
nos advierte que un hermano
está siendo maltratado.
Si no acudes a su lado,
sólo mereces baldón;
mas te ganas tu blasón
atendiendo a su llamado.

22
Pene Uve

Lucía Méndez hoy dice
que el Pene Uve ha tenido
por maestro preferido
a San Ignacio. Horrorice
a quien a Ignacio felice
mira en la predicación,
¡por toda tierra y región!,
del Evangelio cristiano.
Pene Uve es aldeano
asustado en su rincón.

23
Avería

No hay avería peor
que la avería mental;
mas, si aceptamos que al
especialista o doctor
ha de ir nuestro estupor,
lo más probable es que, al cabo
de algún tiempo, de ese clavo
que nos causa tanto mal
nos libremos. Digo tal
pues me libré como un bravo.

24

Se nos fueron

Georges Bizet a los treinta y seis;
lo mismo que Garcilaso.
Yo ya la suma rebaso
de los dos y aquí me veis,
mirando oculis meis
las vueltas que el mundo da.
Yo no merezco quizá
ocupar este sillón,
pero no pido perdón
por seguir estando acá.

25
Una carta

La carta del Presidente
ni emociona ni acongoja.
Tal vez sea la hoja roja
de Pedrito el Resistente.
Ningún cuento que nos cuente
este guaperas de bar
tanto nos va a emocionar
que ya lo vitoreemos,
bobos, tontos, necios, memos,
como a un padrecito zar.

26
Ermitaño

Cuando ya no salgo al mundo,
el mundo viene a mi casa
y me cuenta lo que pasa
o que pasó en su profundo
anteayer. Y yo, jocundo
ermitaño, veo atento
todo el agridulce cuento
que transcurre en esta bola.
Si el humano no se inmola
dominará el firmamento.

27
Atento al mundo

Nihil humani a me
alienum
. Es de Terencio
el lema con que evidencio
mi condición. Estaré
atento al mundo. No sé
qué pasará en esta esfera.
El hombre males supera
y continúa adelante.
Ojalá no lo quebrante
el odio, estúpida fiera.

28
Esta tarde

La Aemet dice que esta tarde
puede haber aquí tormenta.
Si antes de las seis revienta,
más prudente que cobarde,
me quedaré, no haré alarde
de mi valor temerario;
si el cielo es seco sudario
de algún muerto celestial,
yo voy a darle al pedal:
mi bici es barco corsario.

29
Lluvia

En este sureste seco
el sonido de la lluvia
es canto de virgen rubia
ante cuyo eco peco.
Peco por hacerme el sueco
e imaginarme que nado,
que nado poseidonado
en una báltica playa.
De pronto la lluvia calla:
ya no nada el condenado.

30
Fontanero

Soy manazas absoluto;
y por ello hoy quiero
una loa al fontanero
componer. Nunca me inmuto
porque algo falla, mas puto
me resulta el accidente
que provoca que una fuente
mane donde no debiera.
Para el fontanero es mera
tarea reconduciente.

Día del Libro

En este día en el que todo el mundo habla o escribe acerca de libros, de los que está leyendo, de los que más le han impresionado, de los que se propone leer, yo voy a escribir también unas líneas acerca del libro que, desde hace ya no pocos años, leo durante varias horas cada día. Se trata de mi móvil, o smartphone, que he tenido que ir renovando, como cualquier usuario, cuando ya el aparato no rendía como debía. Y siempre le pongo funda de libro, que, lógicamente, también he tenido que ir renovando.

En él leo varios periódicos: estamos suscrito a dos; suscripciones muy económicas que pagamos con gusto. Y desde que supe que Fernando Savater, expulsado de El País, había empezado a colaborar con The Objective, comencé a entrar en este medio, que es abierto (si sigo leyéndolo, le haré algún que otro donativo), y en el que encuentro, junto a la firma del ilustre don Fernando, otras muchas también excelentes.

En el móvil tengo la aplicación de Kindle, pero libros en él es lo que menos leo, ya que para eso tengo mi e-reader Kindle, que debe de tener ya unos diez años y sigue funcionando de maravilla.

Lo que sí hago en mi móvil con frecuencia ordinaria son consultas: al DLE (Diccionario de la lengua española, que antes llamábamos de la RAE), a Wikipedia, a YouTube, a Amazon. Frecuentemente a Amazon Libros, especialmente cuando leo en el periódico la reseña de alguno que me resulta más atractivo de lo habitual, y quiero obtener más información acerca de él. O incluso comprármelo en papel o descargarlo en el Kindle.

Ya leo pocos libros en papel: entre las otras tareas obligatorias, cada vez me ocupa más tiempo la rehabilitación física; por mi edad y por mi estenosis lumbar. Pero, ya que estoy hablando de libros en papel, de la gozada de leer un libro de los de siempre mientras tengo a mano el lápiz bicolor y el boli de punta fina, voy a mencionar un autor que para mí ha sido un descubrimiento reciente: Andrés Neuman. De él he leído en papel El viajero del siglo y Fractura. Los dos me han parecido acojonantes de buenos.

Pero sigamos con el móvil. Llamadas, videollamadas, fotos, vídeos (los que me llegan de mis nietos…), WhatsApp.

¡Ah!, para la música. Como no me gusta usar auriculares, cuando estoy solo en casa y además sé que no voy a molestar a ningún vecino, envío, desde el móvil, por Bluetooth, la emisión de Radio Clásica (ya, siempre de Radio Clásica, antes me permitía otras opciones) a mi altavoz Vieta Pro, del que recibo la música como si estuviera en el mismísimo Auditorio Nacional.

Así que, amigos míos, en el Día del Libro, feliz Día del Móvil

Los libros como vida y redención

Lucía Méndez. EL MUNDO, 20-04-24

En casa no había libros, del mismo modo que tampoco había agua corriente. Los libros y el agua. Dos cosas de primera necesidad. El agua corriente nos permitió la comodidad de quitar la roña eterna de las casas. Los libros nos hicieron las personas que ahora somos.

Los libros llegaron al pueblo con los vendedores ambulantes del Círculo de Lectores, por el mismo camino que la furgoneta-mercería de Lauro nos surtía de ropa interior y que el camión cisterna de Toribín llenaba las garrafas de vino a granel. Antes de la llegada esporádica de esos pocos libros que nos podíamos permitir, en casa sólo me acuerdo de un libro con las hojas desbaratadas y sucias del uso. Era La Cabaña del Tío Tom, un libro de mucha pena que fue la novela más vendida del siglo XIX. Mi abuelo la leía, la releía, nos la leía a mi hermano y a mí, al pie de la lumbre y de las bombillas desnudas. Algunas vecinas del cuartel de la Guardia Civil me dejaban leer telenovelas.

Un libro de aquella época no era un libro. Era un tesoro. Una joya. Los libros no eran un pasatiempo, ni un hobby. Los libros fueron la más potente razón de vida de mi generación, el camino hacia la redención de la ignorancia y el engranaje del ascensor social. Este concepto del ascensor social entonces no existía. Funcionaba sin nombre. Ahora tiene nombre y es cuando ha dejado de funcionar. Yo no sabía entonces que los libros estaban ahí para rescatarme si era capaz de leerlos. Pero mi madre y mi padre lo intuyeron, quién sabe por qué. Cuando el resto de los niños y adolescentes iban a ayudar a la era, a mí me mandaban leer para saber más. El conocimiento les parecía algo no sólo necesario, sino casi sagrado. Diría que incluso por encima del dinero, en una casa donde faltaba.

Los libros me ayudaron a crecer, a conocer, a maravillarme, a llegar aquí. Los libros me hicieron lo que soy. Los libros me ayudaron a no poner faltas de ortografía y me abrieron la mente al resto de los mundos. Los libros me consolaron en las desgracias. Los libros me confortaron cuando fue necesario y me tendieron la mano para salir de los agujeros de la vida. Los libros me fortalecieron en los valores humanos. Los libros me enseñaron a no rendirme. Los libros me acompañaron en las pérdidas y me socorrieron en los duelos. Los libros me ayudaron a educar a mis hijos y a mí misma.

En mi casa no había libros. Y ahora tengo las estanterías llenas. La lectura de libros no es tendencia. Me pregunto qué será de ellos.