• Páginas

  • Archivos

  • febrero 2014
    L M X J V S D
     12
    3456789
    10111213141516
    17181920212223
    2425262728  

Jubilado a los diecisiete

Mi compa Mario Ocaña decía que los noruegos dicen que no hay mal tiempo sino ropa inadecuada. Los españoles, lo que venimos diciendo “de tó la vida” es que, al mal tiempo, buena cara. Yo me quedo con la síntesis: al mal tiempo, buena cara y buena ropa.

Todo lo cual viene a cuento de que esta mañana he renovado mi traje de agua, de lluvia, después de los susodichos años de servicio del que pasa a la jubilación. En un estado de tan escaso deterioro, que solo tiraré los pantalones y conservaré la chaqueta; porque sería un pecado tirar lo que se conserva en condiciones de perfecto uso.

El traje nuevo es del mismo formato, color y tejido que el viejo. Comprado además en la misma tienda. No me extrañaría que también procedente de la misma fábrica: en Cambados, Pontevedra (dice la etiqueta del nuevo), donde deben de saber no poco de la lluvia y de los trajes de agua.

En esta Andalucía secanera, sobre todo en la Andalucía oriental, a veces vemos a los paisanos correr como posesos  en cuanto se desata un chubasquillo, buscando resguardo. Pero mi hija Alma me dice que los parvulitos de Londres están totalmente familiarizados con la lluvia; y bajo su mansa caricia juegan en los patios del cole como arañas de agua en un estanque.

Un servidor, en días de lluvia pertinaz e inagotable, con el traje de agua que jubila hoy, ha caminado feliz, durante muchas horas, por los andurriales marinos y monteros de esta parva ciudad; mientras la inmensa mayoría de los convecinos prefería el armatoste del coche, o el combinado de sofá y televisión.

Ahora a estas dulces prendas les ha llegado su retraite. Y, lo mismo que aquí dediqué unas líneas de homenaje a la cartera que fue mi compañera de instituto durante idéntica cantidad de años, esta tarde considero de justicia dedicárselas a mi viejo traje.

Y vámonos al campo con el nuevo, que este febrero está empeñado en meternos en regadío.

4 respuestas

  1. Curiosamente, hoy Antonio, me he librado yo de la lluvia por ir empaquetado ya en el coche, aunque no me hubiera importado que lloviera algo antes, porque llevo una capa en mi mochila y porque deambulaba por el desierto de Tabernas y qué mejor sitio para disfrutar bajo la luvia que en un desierto?.
    Saludos, Ignacio.

    • Mochila, capa, desierto… Se ve que te lo estás montando en plan aventurero. Espero que me cuentes algo más, amigo Ignacio.
      Un abrazo.

      • Me presto a mitigar tu curiosidad. Estoy jubilado ya que aproveché una interesante oferta de mi ex-empresa. Desde entonces, casi con mentalidad alemana (no en vano tenía una abuela de por allí) me propuse hacer una salida semanal (salvo imprevistos), que voy cumpliendo casi matemáticamente. Algún elemento de mi familia que valora bastante más lo que hago que yo mismo, me sacó el compromiso de reseñar mis andanzas; otro me incitó a iniciar un blog
        y de esa mezcla surgió igsierranevada.blogspot.com.
        El desierto de Tabernas era una de esas salidas que tenía pendiente de realizar desde hace años y esta semana, ayudado por las inclemencias metereológicas en Granada me decidió a emprenderla.
        Suelo salir los miércoles porque me gusta deleitarme en soledad y silencio por las sierras y los fines de semana es bastante más difícil de conseguir.
        Un saludo, Ignacio

      • Muchas gracias, amigo Ignacio, por la información; y mi enhorabuena por tu jubilación y por el buen uso que haces de ella. Y, como yo también estoy jubilado, espero visitar tu blog con la frecuencia que me permite el tiempo disponible.
        Un abrazo.

Responder a Antonio Cancelar la respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: