Estambul. Ciudad y recuerdos, de Orhan Pamuk.
Lleva una dedicatoria: “A mi padre, Gündüz Pamuk (1925-2002)”.
No es un libro recién editado. En su lengua original, el turco, se editó en 2003. En castellano, en 2006.
Me está encantando, por supuesto. Voy por la página 300.
El autor entrevera los recuerdos de su propia vida, con el conocimiento, con la atención enamorada y lúcida con que mira su ciudad y la historia de esta, la ciudad en la que ha transcurrido el medio siglo de la vida del escritor, nacido en 1952. Poco a poco los pasajes autobiográficos han ido perdiendo espacio, el mismo que gana la ciudad y algunos de los autores que han escrito sobre ella.
De lo que llevo leído –el libro tiene 425 páginas- deduzco que Pamuk no va a hacer evocaciones anteriores a 1453. Hasta esta fecha sí: “Lo que ocurrió el 29 de mayo de 1453 para los occidentales es “la caída de Constantinopla” y para los orientales […]” (pág. 204).
Por ello, en cierto modo, este libro lo veo, lo leo, como la continuación de otro que leí hace unos años y que me impresionó fuertemente: La caída de Constantinopla. 1453, de Sir Steven Runciman, publicado con ocasión tan señera como el quinto centenario de la fecha del título. Libro que, aunque culmina con el relato de la toma de la ciudad por los turcos en dicho año, contiene, en los primeros capítulos referencias históricas muy anteriores: casi un milenio algunas de ellas: “Bizancio tuvo contacto con los turcos de Asia central desde el siglo VI […]” (pág. 74).
Otras lecturas recientes voy relacionando con el libro de ahora. Pero mejor dejo de escribir inutilidades y sigo leyendo.
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Hola Antonio: he leido el conjunto de sonetos que con el título «Son Hitos» DEDICAS a «Pepe Rodríguez Molina, que apadrinó el comienzo de mis lecturas». Certe patet que me hizo gran ilusión; pero aparte de esto, te felicito porque eres un gran poeta: en tus sonetos, además de la técnica literaria aflora un alma auténtica, la que siempre has tenido y muestras tu autenticidad y generosidad.
Me han gustado especialmente el dedicado a Marga, tu mujer, el titulado Oración, oh ración y el titulado Oración. Los demás son igualmente interesantes y conseguidos. Es tu personalidad la que emerge y aflora en cada uno de ellos, Una personalidad que yo envidio y admiro, así, sin rodeos.
Te agradezco la delicadeza y amistad para conmigo y volveré a leerlos, porque su contenido significa mucho en lo que ha sido la historia de mi vida.
Sigue adelante por ese camino que con él nos deleitas y haces mucho bien a muchos.
Un abrazo muy fuerte y mi más sincero reconocimiento.